jueves, 7 de agosto de 2008

HISTORIA DE UNA METAMORFOSIS


No os preocupeis que estamos de vacaciones y no voy a hablar de ciencias de la naturaleza, jejeje.

En estas líneas voy a intentar explicar, divagando blogisticamente, la transformación o

metamorfosis que he sufrido casi sin querer en mi estilo de practicar el MTB.

EN UNA GALAXIA MUY LEJANA...

Digoooo hace ya tiempo empecé a hacer mis pinitos en el tema de la bici pues como todos empezamos, con aquellos trastos agarrados a la rueda de atras que nos mantenian encima de la bici, pero que tambien eran un lastre del cual sentía la imperiosa necesidad de eliminar de mi máquina.

Pero digamos que el punto de inflexión fué cuando mi padre me compró una Monty TY-17 de trial. Fué con esa bicicleta con la que descubrí que se podía hacer algo mas que ir por la tierra y empecé a hacer saltos y demas cabriolas, sin duda fué con esa bici con la que descubrí el lado oscuro.. Y de eso pueden dar fe las 3 soldaduras que mi padre tuvo que hacerme el el cuadro...

Luego de esa época empecé con las motos y la bici se quedó aparcada por muchos años. Pero paradójicamente, una lesión congénita y hereditaria que me descubrieron en la espalda fué lo que me llevó de nuevo encontrarme con las dos ruedas. Tras casi dos años de tener prohibido hacer cualquier tipo de esfuerzo moderado, y aguantando muchos dolores y molestias, decidí que habia que hacer algo, que mi vida no se podía limitar a aguantar el dolor con pastillas y tras hablar con un compañero de trabajo que estaba en una situción parecida a la mía, empecé a coger la bici de carreras que tenía aparcada durante mas de 10 años.

Depués me compré una Monty KY-20, quizas buscando rememorar aquellos momentos tan buenos que viví en mi juventud. Tras dos salidas con la gente del foro MTBCartagena.com descubrí que esa bici se me habia quedado pequeña y gracias a un compañero del foro me compré de sengunda mano la que actualmente es mi montura.

En estos meses he ido evolucionando y como la cabra tira al monte, yo empecé a buscar mi identidad sobre la bici. Y la foto de arriba es el fruto, mejor dicho, la metamorfosis de un chaval que empezó con 16 años y 20 años despues aun sigue con las mismas emociones cuando lleva al límite su pericia y a su máquina.

Son emociones indescriptibles de libertad, de vértigo y velocidad las que me abruman cuando bajo a toda leche por el 33. Es como una terápia. Cuando voy a mas de 40 Km/h por esos caminos no existen los problemas, las preocupaciones, ni el futuro ni el pasado... Solo existe ese momento que pasa a toda velocidad, solo puedo pensar en como pasar por esa curva lo mas rápidamente posible o saltar esa piedra imposible... En fin... ya sabeis.

Yo creo que he llegado e incluso sobrepasado el límite de capacidad de descenso de mi actual bici y claro, yo sigo avanzando, pero dentro de poco llegará el momento de que una wena leche me diga que hasta aqui hemos llegado. Yo por si las moscas llevo mi armadura..

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